La necesidad humana de compartir cosas es evidente.
Carmen Martín Gaite (1925-?) Novelista española
Esta es una pregunta que empecé a hacerme en mi adolescencia. Hasta ese momento, infancia y pre-adolescencia, mis relaciones sociales estaban basadas en la proximidad física: mis amistades eran otros niños de mi misma edad que vivían en urbanizaciones próximas a la mía. Se formó un grupo de chavales con una destreza física importante, capaces de trepar árboles, saltar muros, correr y practicar deportes con mucha facilidad. Yo, con mi escasa coordinación y mi endeble psicomotricidad, a duras penas podía seguir el ritmo. Mis intereses y capacidades estaban más cerca de los libros que de las peleas, de los enigmas y acertijos que de tirar piedras, más cerca de los tebeos y cómics que de la captura de gatos... Como puedes imaginar, esto me provocaba dificultades de integración social.
No fue hasta años después cuando comprendí lo que estaba haciendo mal: había dado por hecho que mis amigos son "las personas que tengo cerca" en lugar de "las personas que son afines a mí". La afinidad es lo une a las personas, no su proximidad geográfica (a veces van de la mano, pero esto no es una regla exacta). Me costó años darme cuenta de que había estado empeñado en comportarme de acuerdo a los hábitos y normas de un grupo social intentando adaptar mis capacidades e intereses, que no iban en absoluto en esa línea.
No cometas el mismo error. No intentes "hacer migas" forzosamente con las personas que tienes alrededor. Tus vecinos, tus primos, tus compañeros de trabajo, los otros padres del colegio de tus hijos, etc... no tienen necesariamente que ser afines a tí. Esto no quiere decir que no pueda surgir esta afinidad, que no pueda aparecer una relación extraordinaria con personas de tu entorno. Claro que puedes tener afinidad con las personas de tu entorno. Pero la clave está en la afinidad, no en la proximidad.
Entonces, ¿qué hacer para aumentar el circulo social? A la vista de lo comentado sólo hay un camino: buscar personas afines a tí. Tendrás muchas más posibilidades de que surja una chispa, una relación especial, un grupo compacto de personas, si se comparten gustos, intereses, aficiones, capacidades, ideologías...
Busca siempre personas con las que tengas cosas en común.
Para eso tienes que empezar por conocerte a tí mismo. ¿Qué te gusta? ¿Cuales son tus aficiones? ¿Haciéndo qué te sientes cómodo? ¿Qué intereses tienes en la vida? ¿Tienes aptitud para el deporte, para la música, para el arte, para la lectura...? ¿Tienes una ideología definida? ¿Una religión? ¿Una vocación solidaria? ¿Un hobby? ¿Te identificas con algún grupo social? ¿Con alguna tribu urbana? ¿Se te dabien algún juego? ¿Algún videojuego? ¿Se te da bien la informática? ¿Te consideras o te consideran friki? ¿De algún tema en concreto? ¿Te atrae el , mar, la naturaleza o los animales? ¿Los deportes de aventura, los individuales, o los colectivos? ¿la cocina y la gastronomía?
No olvides preguntarte por tus propias aptitudes y capacidades. ¿Tienes destreza física? ¿Se te da bien el deporte? ¿Tienes capacidad intelectual? ¿Eres una persona habladora o callada? ¿Eres líder o prefieres que te dirijan? ¿Tomas la iniciativa?
Siéntate contigo mismo y responde a todas estas preguntas. Coge un papel y un lápiz y responde por escrito.
Cuando hayas terminado, repasa la lista. Tienes ante tí lo que tú eres, tus intereses, tus capacidades. Y quieres relacionarte con personas similares. ¿Dónde estan las personas que cumplen las características que tienes en la lista?
La respuesta es clara: debes buscar actividades relacionadas con la lista. Las personas se agrupan en sociedades, colectivos, grupos que realizan determinadas actividades. Debes encontrar el tipo de actividad que se ajusta a tus preferencias.
Por ejemplo, si en la lista tienes escrito que te gusta la naturaleza y tienes resistencia física, quizás te atraiga practicar senderismo. O si tienes vocación solidaria y se te da bien el trato con niños quizás te guste colaborar en una ONG infantil. O si te gusta la música y tienes aptitudes para aprender, tal vez te atraiga apuntarte a cursos en el Conservatorio Musical.
Lo que intento decirte es que la mejor forma de conocer a personas es hacer cosas que os gustan a todos en grupo. Y la lista que te he dado te ayudará a elegir (si no las sabías ya de antes) las actividades en las que más cómodamente te vas a sentir y en las que tienes más probabilidades de conocer a personbas afines a tí.
Una vez que tengas elegidas las actividades que te gustan, debes buscar dónde practicarlas. Consulta en la Administración Pública de tu ciudad o de tu país, en el Ayuntamiento, en el Instituto de la Juventud o de la Mujer, en el Ministerio de Igualdad o en Asuntos Sociales; consulta las guías telefónicas de tu localidad; busca en Internet con el nombre de la actividad y de tu zona. Pregunta a conocidos, no dejes de buscar hasta encontrar dónde se organizan actividades relacionadas con tus gustos y aficiones.
Recuerda: para aumentar tu círculo social, debes intentar relacionarte con personas con las que tengas cosas en común. Para ello, lo mejor que puedes hacer es identificar sociedades, colectivos, agrupaciones, clubes que orgamnicen actividades relacionadas con tus gustos y aficiones. Con ello obtendrás doble beneficio: disfrutarás realizando las actividades que te gustan y conocerás a personas con tus mismas aficiones con las que tendrás más probabilidades de fructificar una relación duradera.