A raíz de el anterior artículo en el que hablábamos acerca de la seguridad y la autoconfianza en el deporte, nos han llegado muchas consultas acerca de este tema. ¿Como se puede desarrollar la confianza en uno mismo? ¿Puedo tener seguridad en mí mismo? ¿Qué puedo hacer para mejorar en este aspecto?
La respuesta podría ser muy larga el proceso de confianza en uno mismo se va labrando poco a poco (en www.personalysocial.com iremos desarrollándolo en diferentes artículos que puedes encontrar en el menú lateral) pero vamos a empezar por lo más básico, con lo primero que podemos hacer para incrementar rápida y notoriamente la confianza en nosotros mismos. Haciendo esto, ya habremos dado un paso de gigante en nuestra autoconfianza, el resto vendrá más fácilmente.
Tratemos de recordar el momento de nuestra vida en el que nos hemos sentido más seguros y confiados. ¿Ya lo has pensado? En la mayoría de los casos seguramente hemos regresado con el pensamiento a nuestra infancia, cuando éramos niños.
¿Por qué? ¿Qué había en esa época que nos hacía sentirnos tan protegidos y seguros? ¿Qué misterioso manto de protección nos cubría? La respuesta es bastante simple: la figura protectora de nuestro padre, nuestra madre, nuestro abuelo... "Papá lo arregla todo"
Todos tenemos un referente, alguien que nos ha hecho felices, que nos ha protegid, que siempre ha estado ahí cuando nos surgía cualquier adversidad. Esa figura nos causaba paz y tranquilidad, sabíamos que recurriendo a ella se arreglaban todos los problemas.
Hagamos un esfuerzo. Regresemos mentalmente a ese pasado lejano, recordemos a Papá, a Mamá, a la Abuela... Recordemos como nos sentíamos en su presencia. Repitamos este ejercicio de memoria frecuentemente. Acostumbrémonos a sentir el recuerdo y la cercanía de las personas queridas de nuestra infancia.
Y ahora, una vez nos acostumbremos a sentirnos reconfortados por estos recuerdos, ya podemos afrontar con seguridad cualquier circunstancia de la vida. Ante cada obstáculo, preguntémonos: ¿Qué haría Padre si estuviera aquí? ¿Qué me acosejaría Mamá ante esta situación? Mi abuelo siempre me abrazó cuando tenía miedo, hoy tambien me abraza...
Enfoquemos los problemas con la misma mentalidad de nuestra niñez, cuando sabíamos que no iba a pasar nada por que nuestros mayores nos iban a arreglar cualquier problema por complicado que fuese.
Tratémonos a nosotros mismos con el mismo cariño, confianza y seguridad que nos daan nuestros Padres...
La respuesta podría ser muy larga el proceso de confianza en uno mismo se va labrando poco a poco (en www.personalysocial.com iremos desarrollándolo en diferentes artículos que puedes encontrar en el menú lateral) pero vamos a empezar por lo más básico, con lo primero que podemos hacer para incrementar rápida y notoriamente la confianza en nosotros mismos. Haciendo esto, ya habremos dado un paso de gigante en nuestra autoconfianza, el resto vendrá más fácilmente.
Tratemos de recordar el momento de nuestra vida en el que nos hemos sentido más seguros y confiados. ¿Ya lo has pensado? En la mayoría de los casos seguramente hemos regresado con el pensamiento a nuestra infancia, cuando éramos niños.
¿Por qué? ¿Qué había en esa época que nos hacía sentirnos tan protegidos y seguros? ¿Qué misterioso manto de protección nos cubría? La respuesta es bastante simple: la figura protectora de nuestro padre, nuestra madre, nuestro abuelo... "Papá lo arregla todo"
Todos tenemos un referente, alguien que nos ha hecho felices, que nos ha protegid, que siempre ha estado ahí cuando nos surgía cualquier adversidad. Esa figura nos causaba paz y tranquilidad, sabíamos que recurriendo a ella se arreglaban todos los problemas.
Hagamos un esfuerzo. Regresemos mentalmente a ese pasado lejano, recordemos a Papá, a Mamá, a la Abuela... Recordemos como nos sentíamos en su presencia. Repitamos este ejercicio de memoria frecuentemente. Acostumbrémonos a sentir el recuerdo y la cercanía de las personas queridas de nuestra infancia.
Y ahora, una vez nos acostumbremos a sentirnos reconfortados por estos recuerdos, ya podemos afrontar con seguridad cualquier circunstancia de la vida. Ante cada obstáculo, preguntémonos: ¿Qué haría Padre si estuviera aquí? ¿Qué me acosejaría Mamá ante esta situación? Mi abuelo siempre me abrazó cuando tenía miedo, hoy tambien me abraza...
Enfoquemos los problemas con la misma mentalidad de nuestra niñez, cuando sabíamos que no iba a pasar nada por que nuestros mayores nos iban a arreglar cualquier problema por complicado que fuese.
Tratémonos a nosotros mismos con el mismo cariño, confianza y seguridad que nos daan nuestros Padres...
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